El síndrome de Frey, también conocido como síndrome del nervio auriculotemporal, es una dificultad de la parotidectomía que puede ocurrir como resultado de la regeneración de las fibras nerviosas parasimpáticas y posganglionares.
Los principales síntomas se manifiestan como episodios de sudoración facial, rubor gustativo y eritemas en la piel, desarrollados generalmente después de una cirugía en las glándulas salivales.
En general, los síntomas suelen ser leves, aunque también pueden provocar ansiedad, malestar y, en algunos casos, evitación social.
Por otro lado, existen casos más aislados en los que los síntomas puedan derivar en ardor, neuralgia y picazón.
Síntomas del Síndrome de Frey.
- Enrojecimiento en la zona mandibular
- Sudoración gustativa.
- Dolor posterior a la masticación.
Estos síntomas pueden aparecer cuando la persona afectada come, ve, sueña, piensa o habla sobre ciertos tipos de comida que producen una fuerte salivación.
A pesar de ser un fenómeno bastante previsible, el síndrome de Frey es difícil de tratar.
No obstante, los cirujanos están ya muy familiarizados con los métodos preventivos iniciales, hecho que conlleva una ligera reducción en la probabilidad su aparición.
En cualquier caso, un paciente que se va a someter a una intervención quirúrgica con un potencial de aparición de este síndrome, siempre tiene que estar informado de los riesgos que la misma conlleva. Esta posible aparición debe discutirse con el paciente previamente, es decir, antes de la cirugía de la glándula parótida u otra cirugía que pueda afectarle.
Asimismo, el paciente puede ya tener un primer contacto con el potencial del síndrome así como debe conocer las medidas preventivas, métodos de diagnóstico y opciones de manejo.
En términos generales, este fenómeno es más comúnmente conocido en el ámbito de la pediatría. Sin embargo, pueden existir casos en los que pacientes de edades adultas se vean afectados del mismo modo.
El Dentista como parte fundamental en el diagnóstico del Síndrome de Frey.
El síndrome de Frey también juega un papel fundamental en el sector dental, especialmente en el campo de la cirugía maxilofacial. Los dentistas familiarizados con él pueden fácilmente diagnosticar a las personas que sufren esta condición y, en algunos casos, realizar el tratamiento no quirúrgico con las medidas apropiadas como prevención.
Para confirmar el diagnóstico de este síndrome generalmente se utiliza el test de Minor. Este proceso consiste en la aplicación de tintura de yodo en la zona afectada donde, con la piel totalmente seca, se esparce posteriormente fécula de maíz. Cuando el paciente empieza a sudar, la fécula de maíz combinada con el yodo produce un color azul oscuro, y da lugar así a poder identificar o detectar la existencia de este síndrome así como su gravedad.
Paralelamente, existen otras técnicas para detectarlo, como por ejemplo la técnica del papel secante, papel histograma, uso del yodo sublimado o el método biosensoring.
Fuente: https://dentistaypaciente.com/caso-clinico-113.html
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