La exploración extraoral incluye el análisis del aspecto general y facial del paciente, la exploración de los ganglios linfáticos y de la articulación temporomandibular. Dicha exploración ayuda al profesional en su diagnóstico, puesto que contribuye a identificar problemas y patologías relacionadas con el territorio maxilofacial.
Tras la exploración extraoral, el profesional debe proceder a la exploración intraoral. Además de la zona aludida por el paciente durante la anamnesis como motivo de su consulta, se ha de examinar todas las áreas de la boca en busca de otras manifestaciones de la enfermedad consultada y de otras que pudieran coexistir.
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