Antes de profundizar en la hemorragia dental, empecemos por definir los conceptos de hemorragia y hemostasia.
Según el diccionario, encontramos que una hemorragia es la “Salida de sangre de las arterias, venas o capilares por donde circula, especialmente cuando se produce en cantidades muy grandes”.
Por otro lado, la hemostasia es “la contención o detención de una hemorragia mediante los mecanismos fisiológicos del organismo o por medio de procedimientos manuales, químicos, instrumentales o quirúrgicos.”
En odontología, pueden ser varios los tratamientos en los que se puede producir una hemorragia dental. Por ello, es importante revisar el historial clínico del paciente para prevenir posibles complicaciones en caso de que se padezca una enfermedad que afecte a la coagulación de la sangre.
¡En este artículo, te traemos un resumen de los agentes hemostáticos más comunes que se encuentran en el mercado, para que puedas encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades!
¿Cómo controlar la hemostasia en una cirugía oral?
Cualquier tratamiento quirúrgico que se lleve a cabo en la clínica dental puede ocasionar un sangrado abundante. Es muy importante controlar la hemorragia dental y que no derive en un problema mayor o en una emergencia médica.
En un primer momento, lo ideal es intentar contener el sangrado mediante la compresión con un apósito en la zona afectada. La aplicación de frío también favorece la vasoconstricción.
Entre los materiales que podemos utilizar para controlar el sangrado en este tipo de tratamientos, destacamos los siguientes:
- La epinefrina. Se encuentra en la anestesia dental y se puede utilizar de forma efectiva para controlar la hemostasia. Es útil porque provoca una vasoconstricción local de los vasos sanguíneos.
- Las esponjas hemostáticas de gelatina tienen un alto poder hemostático y cicatrizante. Una de sus ventajas es su reabsorción completa, por lo que no es necesario volver a intervenir para retirarla. Su estructura porosa proporciona una gran capacidad de absorción de fluidos.
- La cera hemostática para hueso se utiliza para obtener hemostasia de superficies óseas sangrantes y como relleno en pérdidas de substancia. Para prevenir el escape de fluidos a través de tejidos óseos.
Las fresas de cerámica para el corte de tejidos blandos son una alternativa al bisturí y la electrocirugía. La punta de cerámica especial coagula los vasos sanguíneos y reduce la hemorragia, puesto que el calentamiento es mínimo, evita la necrosis durante el tratamiento.
Usos recomendados:
Modelado de la encía, apertura del surco subgingival para la toma de impresiones, descubrimiento de cavidades profundas, remoción de tejido de granulación interradicular, remoción de hiperplasias gingivales, descubrimiento de implantes intraóseos y de dientes retenidos.
Control de la hemostasia en odontología restauradora e impresiones dentales
A la hora de tomar una impresión oral se busca que los agentes hemostáticos que se utilizan cumplan estos tres requisitos: Control de la hemostasia, control del fluido crevicular gingival y retracción gingival. Para esto se utilizan varios productos en conjunto:
- Líquidos de retracción gingival: Son soluciones hemostáticas que se utilizan para conseguir la coagulación de la sangre. Entre ellos destacan los líquidos de sulfato férrico y los líquidos de cloruro de aluminio, estos últimos se recomiendan especialmente en tratamientos en los dientes anteriores, ya que son fáciles de aclarar y no dejan manchas ni residuos.
- Pastas de retracción gingival: Tienen un modo de empleo fácil y sencillo, sin necesidad de utilizar hilo retractor y permiten controlar de forma óptima y rápida la hemorragia y la supuración de la encía. Están indicadas para la retracción temporal en la toma de impresiones.
- Hilo retractor: El hilo de retracción es un hilo no impregnado indicado para la retracción de encías. Se suelen usar combinados con líquidos de retracción gingival. Están disponibles en varios tamaños. Los hilos más pequeños son ideales para usarse en pediatría y como primer hilo en técnicas de doble hilo. Los tamaños más grandes se utilizan como segundo hilo en la técnica de doble hilo y en zonas que presentan un tejido gingival más espeso que necesita mucha fuerza para ser retraído. Para la sencilla colocación del hilo se utiliza el instrumento para hilo retractor.
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